La Ciencia mira hacia la cabra tinerfeña

La ULPGC halla niveles elevados de una hormona que pueden ser clave en la calidad de la carne.

El hallazgo realizado por científicos de la ULPGC abre la puerta a una nueva línea de investigación para mejorar la calidad de la carne de cabra y su sistema inmune. Los altos niveles de una hormona hallado en el calostro de la hembra sitúa a esta raza canaria en el punto de mira de la comunidad científica.

 

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La cabra tinerfeña, una de las tres razas canarias de ganado caprino, se encuentra actualmente en el punto de mira científico gracias al estudio realizado por investigadores de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria que han hallado en el calostro de la hembra, la leche que maman los cabritos, una cantidad elevada de una hormona, la adiponectina, algo inusual en el resto de razas estudiadas, ocho en total en toda España. Este hallazgo abre las puertas a una nueva línea de investigación que por primera vez relaciona el papel de estas hormonas en la calidad de la carne de cabrito y de sus sistema inmune. Así lo afirmó ayer la doctora Noemí Castro, autora de este hallazgo junto con Anastasio Argüello, ambos miembros del grupo de investigación de Producción y Biotecnología Animal del Instituto de Saniad Animal y Seguridad Alimentaria de la ULPGC.

Esta investigación forma parte del Estudio de la influencia de la composición de la leche sobre la calidad de la canal y de la carne de 8 razas españolas de cabras, cuyos resultados fueron presentados ayer en la Facultad de Veterinaria de la ULPGC. Está financiado por el Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria (INIA) del Ministerio de Economía y Competitividad, en el subprograma Recursos y Tecnologías Agrarias, en coordinación con las comunidades autónomas, y en el mismo, además de la Universidad de Las Palmas, participan el Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria (CITA) de Aragón y la Universidad de Sevilla.

El proyecto nacional, que tiene una duración de cuatro años (2012-2015) y ha contado con 80.000 euros para la ULPGC, aborda en su conjunto, el estudio de ocho razas caprinas españolas de diferentes aptitudes productivas. El objetivo es estudiar la relación entre la alimentación de las madres y la composición y calidad de su leche, con especial atención al contenido en vitamina A y E, al contenido en determinadas hormonas reguladoras del metabolismo lipídico, y al perfil de ácidos grasos de la leche. Asimismo, se estudia la influencia de la composición de la misma sobre los patrones de crecimiento y sobre la calidad de la canal y de la carne de los cabritos.

Lactancia

En el estudio de la calidad de la canal y de la carne en estas ocho razas caprinas españolas, se ha incluido a las tres canarias (majorera, tinerfeña y palmera), y se ha demostrado la amplia variabilidad que existe entre razas en el territorio nacional y sobre todo la relación existente entre el tipo de lactancia que reciben los animales y la calidad del producto generado.

Además de los doctores Anastasio Argüello y Noemí Castro, por la ULPGC, en esta investigación han participado la doctora Panea, del CITA de Aragón, y la doctora Alcalde, de la Universidad de Sevilla.

Cada centro participante ha liderado su propio subproyecto dentro del estudio general, correspondiendo al grupo de Investigación de Producción y Biotecnología Animal de la ULPGC el relacionado con la calidad de la carne en razas caprinas españolas y su conexión con cuatro hormonas, la leptina, adiponectina, resistina y ghrelina, que están relacionadas con el metabolismo general de los organismos, principalmente lipídicos (grasas); y algunas de ellas también con el sistema inmunológico de los cabritos.

«Nosotros hemos trabajado y hecho los análisis de la presencia de estas hormonas en el calostro y en la leche que maman los cabritos durante su lactancia natural, y en este caso hemos encontrado resultados relevantes, especialmente relacionados con la hormona adiponectina. En general, no encontramos grandes diferencias entre las ocho razas con las que hemos trabajado, pero nos ha llamado mucho la atención los elevados niveles de adiponectina que muestran el calostro de las cabras de raza tinerfeña, una de las tres razas caprinas canarias, junto con la palmera y la majorera», indicó la doctora Castro.

Este descubrimiento abre una nueva línea de investigación, hasta ahora inédita, sobre todo para conocer la relación de estos niveles elevados de la citada hormona con la calidad de la carne de los cabritos, además de buscar el papel que juega la adiponectina en el sistema inmune de los cabritos.

Una de las hipótesis que abre este descubrimiento es la relación de esta hormona con la calidad de la carne, dado que la adiponectina está relacionada con el metabolismo lipídico. «La carne de cabrito que se cría en lactancia natural siempre se ha calificado, desde el punto de vista del consumidor, como carne de más calidad, que la de los cabritos que se crían con lactancia artificial. El hecho de que nosotros hayamos encontrado estos niveles elevados de esta hormona, en el calostro, concretamente en la raza tinerfeña, puede indicar que guarda relación».

En este sentido, también han descubierto que la hormona es secretada por los adipositos que se encuentran en los depósitos grasos del organismo, y que el tamaño de dichos depósitos grasos de los canales de los cabritos de todas las razas es mayor en los que están criados en lactancia natural que los criados en lactancia artificial. «Por ahí es por donde creemos que debemos seguir estudiando, a ver si este conjunto de datos nos puede dar una explicación a esa calidad de la carne que aprecian como mejores los consumidores en los animales criados en lactancia natural».

Hasta ahora la mayoría de los estudios sobre calidad siempre han estado enfocados a los temas musculares, «que es lo que realmente se transforma luego en carne», y en este terreno no se han apreciado grandes diferencias entre las razas estudiadas, lo cual abre la necesidad de indagar sobre la relación entre los tejidos adiposos y las hormonas relacionadas con el metabolismo en esa calidad.

Además, se ha visto que alguna de estas hormonas, y especialmente la adiponectina, está relacionada con aspectos del sistema inmune, lo que supone otra línea de gran interés, sobre todo para el sector ganadero. «Es interesante investigar el papel que juega esta hormona en el sistema inmune de los cabritos. Se trata de un campo de estudio muy importante en el caso del ganado caprino para intentar reducir las tasas de mortalidad, en las primeras edades de vida, y por tanto esto redunda en un beneficio para el productor», indicó la investigadora del IUSA.

Futuros estudios también aclararán el por qué la cabra tinerfeña es la única raza española, incluida las otras dos canarias, que tiene esos niveles tan altos de adiponectina. Las primeras hipótesis apuntan a que no se trata de la alimentación, dado que es muy homogénea en las tres razas caprinas canarias, a base de materias primas; por lo que en el futuro se indagará en los posibles factores genéticos.

Grupo puntero en la investigación internacional

El grupo de Producción y Biotecnología Animal del Instituto de Sanidad Animal y Seguridad Alimentaria (IUSA) de la Universidad de Las Palmas, es puntero en Europa en otras áreas de investigación como es el caso del ganado ovino. En este sentido, sobresale un proyecto sobre la oveja de pelo canaria, que está haciendo historia en la comunidad científica internacional. Su gran resistencia a los parásitos la han convertido en un laboratorio natural para el desarrollo de la primera vacuna comercial en la ganadería europea. Los estudios desarrollados por este grupo de investigación, bajo la coordinación de Jorge Francisco González, están contribuyendo a dar un paso decisivo en la eficacia de este primer tratamiento preventivo contra las especies de gusanos que viven en el estómago e intestino de los rumiantes y que provocan importantes pérdidas productivas, disminuyendo el crecimiento de los corderos, la producción lechera… La investigación se enmarca dentro del proyecto europeo Paragone, financiado con nueve millones de euros por el programa Horizonte 2020. El IUSA es actualmente un referente en materia de sanidad animal y seguridad alimentaria, no sólo en Canarias, sino también en el resto del país y en el mundo. Su situación estratégica, geográfica y cultural, y los acontecimientos actuales en materia de difusión de enfermedades, aparición de nuevos problemas sanitarios en el mundo, amplias áreas de pobreza y flujos migratorios masivos desde esas mismas áreas, le permiten abrir, desde Europa, amplias líneas de colaboración con países de África y Centro y Sudamérica, permitiendo el desarrollo cultural y sanitario de esas mismas áreas.

Fuente: La Provincia