La lactancia artificial es mucho más rentable

Separar pronto de la madre a los cabritos reduce a la mitad los gastos que se derivan de la crianza

Un estudio del Instituto Canario de Investigaciones Agrarias y la ULPGC concluye en el beneficio que aporta a la industria ganadera el destete temprano de los baifos. Tres grupos de catorce cabritos cada uno fueron seguidos y analizados al detalle desde el final del año pasado y el mes de junio.

¿Cómo afecta el destete a la rentabilidad de una explotación de ganado caprino? El Instituto Canario de Investigaciones Agrarias, en colaboración con la ULPGC, ha estudiado en 56 cabritos los efectos de diferentes sistemas de lactancia y encontró que la artificial permite un ahorro del 50%.

Juan Capote, investigador principal del proyecto de optimización del destete en el cabrito, explica que se comparó el impacto económico y sanitario de las lactancias natural. Además se introdujo en el trabajo un tercer factor, otro sistema que reduce el consumo de leche.

El investigador detalla que adelantar o atrasar el destete significa incrementar o disminuir la cantidad de la leche para la venta y poner en mayor o menor riesgo la salud de los animales. Además cuando los cabritos están más tiempo con la madre, su nivel de inmunocompetencia aumenta, pero la condición corporal de la cabra disminuye y repercute negativamente en el resto de la lactación. El uso de la lactancia artificial es limitado en Canarias aunque se haya demostrado su rentabilidad y su utilidad.

La parte experimental del proyecto se realizó entre diciembre y el pasado mes de junio. Se formaron tres grupos de 14 cabritos: uno alimentado con lactorremplazante y, después, suero; otro, destetado precozmente a los 35 días y alimentado desde entonces con un pienso de destete, y el grupo de control.

Se pesaron y evaluaron todo los ejemplares cada semana. Los resultados demuestran que la lactancia natural hasta el destete cuesta 80 euros; la lactancia restringida, unos 50, y con el reemplazante, unos 30 euros. Una diferencia «brutal», indica Juan Capote.

Fuente: La Provincia