Tortugas libres en Agaete

Bioagaete y el Cabildo unen al municipio en una suelta de especies marinas en el muelle.

«No queremos medio ambiente, lo queremos entero» es uno de los tantos lemas que, sobre coloridas pancartas, decoran las calles de Agaete estos días. El festival Bioagaete Cultural Solidario celebra su octava edición durante este fin de semana, cerrando, exitosos, su primer día en la noche del viernes con una maratón BioTrail, un merecido frangollo entremedias y finalizando con la entrega de premios y trofeos.

 

 

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Miguel Ángel Rodríguez Sosa, consejero de Medio Ambiente y Emergencias del Cabildo de Gran Canaria, ha apoyado la iniciativa basada en la «solidaridad, unión y medio ambiente» y aseguró que desde el Cabildo lo tienen claro: «Somos parte del planeta, así que hay que cuidarlo y luchar por el calentamiento global y la protección de especies».

Rodríguez señaló que la suelta de las tortugas en el muelle de Agaete es una gran oportunidad para lanzar un mensaje de concienciación dada la enorme cantidad de adultos y, en especial, de niños que se acercan cada año a ver la liberación de estos animales al medio de donde proceden. En principio no pensaron que iban a tener que involucrarse tanto tiempo en la causa de rehabilitación y cuidado de especies, pero, según contó, «han seguido llegando tortugas al Centro de Rehabilitación de Fauna, algunas, incluso, muertas». Hizo hincapié, además, en la importancia que tiene educar a las personas en este ámbito para poder evitar y cambiar la situación, ya que, según confesó, «cuando conoces algo es cuando, realmente, lo valoras». A pesar de que «todavía queda mucho camino por recorrer, cada vez somos más los que tenemos una mayor conciencia» añadió el consejero de Medio Ambiente.

Cuatro voluntarios del Centro de Recuperación de Fauna fueron los encargados el viernes de, entre cientos de aplausos, soltar a las dos tortugas, de tonos anaranjados, en la orilla tras dos meses en rehabilitación. Richard Heidrich, uno de los colaboradores – y experto en el tema – que se suma al proceso de curación y salvación de las tortugas, reveló que una de las tortugas llegó de Las Palmas de Gran Canaria con una indigestión de plástico y otra de Arguineguín con un enmallamiento en la aleta, esto es que el animal quedó envuelto por redes de plástico ocasionándole daños. Heidrich afirmó que más del 60% de las tortugas que llegan al centro tienen plástico adherido a su cuerpo y «la mayoría se producen por enmalle». El inconveniente que existe, según destacó, es que «muchas veces no sabemos de dónde viene el plástico» y detectar su origen es clave para actuar, tomar conciencia y evitar que siga ocurriendo. El joven voluntario desveló que reciben unas 50 tortugas al año en mal estado y recalcó que «antes eran muchísimas más». Las tortugas proceden también de otras islas y colaboran con aquellos centros más pequeños que disponen de menos medios. Además, el centro cuida y libera otras especies desde aves, reptiles hasta roedores como los erizos.

«¡Qué bonito!» exclamaban muchos de los presentes en el acto organizado por Bioagaete Cultural Solidario. La mayoría, aunque con el bañador encima, aplaudían con los ojos bien abiertos y haciendo hueco entre la multitud para no perderse ni un movimiento del trayecto de las tortugas. Las mismas que obligaron a adelantar su liberación dadas sus ansias por emprender su viaje, sumado al calor y a la falta de costumbre en lugares ruidosos y ajenos a ellas. El estrés de estos animales es perjudicial para su salud y, a pesar de que se rogó que no las siguieran, algunos intrépidos no se pudieron resistir a observarlas más cerca. Pero, hay quienes, como Yurena Díaz, asistente del acto, que dijo «el animal se estresa, al igual que nosotros».

Fuente: La Provincia