En el último año se ha incrementado en un 300% las muestras que llegan al Instituto Universitario de Sanidad Animal y Seguridad Alimentaria de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria para el control de las enfermedades que transmiten los peces. Pesca y ULPGC inauguraron ayer las mejoras en el laboratorio.
De las 1.058 muestras de pescados, básicamente medregales, meros y petos, analizados este último año en el Instituto Universitario de Sanidad Animal y Seguridad Alimentaria (IUSA) de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC) el 10,2%, es decir, diez de cada 100, dio positivo por presencia de biotoxinas de ciguatera, un tipo de intoxicación alimentaria producida por el consumo de peces que contienen en su organismo ciguatoxina que producen algunas microalgas en las aguas cálidas, según apuntó ayer Fernando Real Varcárcel, catedrático de Sanidad Animal de la universidad grancanaria. El experto añadió que se trata de una enfermedad «que por desgracia ya es endémica en Canarias porque llevamos ya muchos años con una prevalencia continúa en nuestras aguas».
Varcárcel visitó ayer las instalaciones de la Facultad de Veterinaria para inaugurar en compañía de Narvay Quintero, consejero de Agricultura, Ganadería, Pesca y Aguas del Gobierno de Canarias, Orlando Umpiérrez, director general de Pesca, y Antonio Fernández, director del IUSA, las mejoras realizadas en el Laboratorio Oficial de Control de Ciguatera y Enfermedades de Peces (Pesquerías y Acuicultura) en Canarias, actuación que se enmarca en el Programa de Vigilancia Sanitaria que oficialmente está establecido entre la Dirección General de Pesca y la ULPGC y que lleva a cabo el IUSA desde 2011.
Más muestras. En este sentido, el catedrático recordó que el incremento en más de un 300% de muestras analizadas en el último año ha obligado a «mejorar las infraestructuras y personal del laboratorio para aumentar los niveles de seguridad alimentaria en los productos de la pesca». «La colaboración entre la Consejería y el IUSA es fundamental para que el consumidor esté tranquilo, siempre que los canales de comercialización y de consumo de pescado sean los adecuados».
El IUSA es uno de los tres centros nacionales que se decidan al control de la ciguatera y certificado en el proyecto Eurocigua. «Es un referente a nivel europeo por los grandes investigadores y doctores que tenemos tanto en seguridad alimentaria como en sanidad animal para dar seguridad al consumidor y, en este caso, el protocolo del IUSA está en un proyecto europeo que da más garantías aún», añadió, Narvay Quintero.
La labor del instituto «da seguridad y permite que los consumidores estemos tranquilos consumiendo un producto de calidad y libre ciguatera», afirmó el consejero de Agricultura, Ganadería, Pesca y Aguas, que matizó que la colaboración es prioritaria para seguir investigando y conocer por qué, cuánto tiempo y cómo afrontar la toxina para mejorar la seguridad alimentaria y los métodos para detectar la enfermedad».
108 personas intoxicadas por la biotoxina desde 2008
Cuando la muestra de pescado da positivo en ciguatera lo que se hace es destruir la partida del pescado intoxicado para evitar la propagación de la enfermedad, que «no es grave pero sí es de declaración obligatoria», afirmó ayer Antonio Fernández, director del Instituto Universitario de Sanidad Animal y Seguridad Alimentaria de la ULPGC. La Viceconsejería de Pesca ha declarado la obligatoriedad de realizar análisis en peces grandes: medregales de más de 15 kilos; petos de más de 20 kilos; pejerrey de más de 9 kilos; abades de más de 7 kilos; picudos de más de 130 kilos; sierras de más de 8 kilos y espadas de más de 110 kilos. La talla de los peces es importante porque resulta determinante para alcanzar concentraciones importantes de toxinas. En Canarias se han constatado casos de intoxicación alimentaria por este motivo que ha afectado a 108 personas por once brotes entre 2008 y 2014 y otras tres intoxicaciones registradas en 2016 en Tenerife y La Palma, según destaca Sanidad en su página web.
Fuente: Canarias7