Muchas colonias de Lagarto Gigante de Tamaraceite se han visto reducidas por la acción del hombre, que no ha sabido respetar su hábitat o buscarle un espacio alternativo
El «Lagarto de Gran Canaria» es una especie endémica insular que se encuentra catalogada dentro del Régimen de Protección Especial, según el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas. Concretamente en Tamaraceite existen aún muchas colonias de lagartos, algunas en áreas urbanas no edificadas, formadas por especies de diversos tamaños, y que están localizadas en distintos puntos del barrio. En muchas ocasiones se convierten en la delicia de grandes y pequeños el verlos en un espacio, más o menos «natural», aunque esté rodeado de viviendas, pero donde pueden desarrollarse y adquirir dimensiones considerables. En todo el distrito los podemos ver en solares, muros, debajo de las aceras, etc.
Desgraciadamente en los últimos años muchas colonias de Lagarto Gigante de Tamaraceite se han visto reducidas por la acción del hombre, que no ha sabido respetar su hábitat o buscarle un espacio alternativo donde pueda continuar desarrollándose de manera natural, ya que este animal va buscando lugares apartados, de solana generalmente, donde poder subsistir libremente.
Diversas colonias localizadas en Tamaraceite Sur, Hoya Ayala, La Galera y Lomo los Frailes han sido arrasadas por los tractores y cubiertas literalmente por el cemento y el asfalto. A esto se le une que algunos vecinos en muchas ocasiones les llevan desperdicios, lo que hace que se altere su cadena alimentaria y con el tiempo puedan desaparecer porque serán incapaces de buscar alimento por sí solos. Estos “comederos” además atraen a otros tipos de animales diferentes a la zona, lo que puede convertirse en un caldo de cultivo para la transmisión de enfermedades y parásitos. También debemos tener en cuenta lo que afecta a los lagartos el alimentarles con sobras o desperdicios ya que la nutrición es otro factor importante y puede alterar el equilibrio natural de ácido en los estómagos de los animales provocando enfermedades.
En el año 2013 el Cabildo Insular de Gran Canaria reclamó la condición de “gigante del Archipiélago” para el lagarto de Gran Canaria, Gallotia Stehlini, ya que estos reptiles pueden llegar a alcanzar una gran longitud y no hay otro de su especie que lo supere en tamaño.
Pascual Calabuig, veterinario responsable del Centro de Recuperación de Fauna Silvestre del Cabildo Insular de Gran Canaria ha sido uno de los promotores de diversas acciones en nuestro distrito de recuperación del Lagarto Gigante de Tamaraceite y al que no se le ha hecho caso y no se han tomado medidas para recuperar esta especie y, al menos ofrecerle un espacio libre de basuras donde hacer sus nidos y un parterre con comida y vegetación. Porque el único lagartario proyectado y realizado en Tamaraceite Sur se está convirtiendo en un basurero y si no den un paseo por la zona para que vean.
Alfredo Salvador investigador del Museo Nacional de Ciencias Naturales (CSIC) habla del Lagarto gigante de Gran Canaria, Gallotia Stehlini, en la Enciclopedia Virtual de los Vertebrados y nos dice que pueden adquirir una longitud de cabeza y cuerpo de 280 mm en machos y 200 mm las hembras y que con la influencia del hombre a lo largo de la historia se ha visto una reducción considerable de su talla. Estudios demuestran que si comparamos una muestra de lagartos de hace 2.000 años con una muestra actual se revela una reducción de la talla desde la llegada del hombre (Mateo y López-Jurado, 1992). Lo que sí que recoge Alfredo Salvador y nos da un poco de esperanza es que a diferencia de los lagartos gigantes de El Hierro y de la Gomera, los lagartos gigantes de Gran Canaria no han sufrido un descenso de su número tras la llegada del hombre a la isla y además parece haber respondido mejor a la llegada de depredadores introducidos por la combinación de mayor velocidad de carrera, mayor agresividad y comportamiento defensivo. En la actualidad y debido a la cercanía de zonas habitadas, las colonias de Gallotia Stehlini sufren el efecto de depredadores introducidos como las ratas y los gatos.
Todavía estamos a tiempo de paliar este “genocidio” que se está produciendo con una especie que aunque no esté en vías de extinción, sí que está viéndose amenazada y reducida considerablemente en los últimos tiempos donde ha convivido con el humano durante miles de años sin problema alguno.
Fuente: La Provincia
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